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sábado, 9 de abril de 2011

Es bueno viajar pero es mucho mejor llegar a casa


Me gustaría compartir algunos aparte de un articulo publicado por The National en la que el cronista habla sobre su vida en Dubai, ciudad en la que James Walsh, lider de Starsailor ofreció un concierto. Se hace una ligera mención de James aunque también es también interesante el artículo para conocer un poco más sobre los lugares visitados por el autor de Live At the Top Of the World:

A pesar de no ser capaz de nombrar alguna de sus canciones, he visto a James Walsh, de la banda Starsailor, tocar en dos ocasiones. La primera vez fue en Londrés, en un dulce y empalagoso Shepherd's Bush Empire, en medio de una multitud de personas moviéndose ante los tonos sorprendentemente dulces de la banda del norte de UK. El viernes pasado, de pie en la arena con vista a la costa y las palmeras en un lado y el brillante horizonte de Dubai en el otro, lo escuché de nuevo. Ambas experiencias fueron divertidas, pero, gracias a la locación surrealista (al menos para mi), el último concierto fue el más memorable.

Empecé diciéndole a un amigo de vuelta en UK acerca de aquella noche, pero después de unos momentos me vi conteniéndome. Siendo no intencional, parecía que estuviera alardeando. A veces es difícil describir las sutilezas (si es la palabra correcta) de una vida en Dubai, sea por teléfono, email o una carta a mano, sin parecer estar alardeando. Cómo hablar de los hoteles, los centros comerciales gigantescos, la fuente que baila a la música, extensión de un desierto abierto y el fácil viaje al resto del mundo sin irritar a la persona sin irritar a las personas en sus reflexiones? Así que a veces simplemente me muerdo la lengua y luego me preocupo de estar perdiendo el contacto.

Es por esto que estoy particularmente contento de que pronto estaré empacando y volviendo a casa al Reino Unido por una semana. Estoy seguro de la inevitable ráfaga de viento helado que me recibirá en el momento en que salga del avión será la bienvenida a la realidad. Mi hermana me ha prometido encontrarse conmigo Heathrow con un abrigo de invierno; ya he usado la vieja tarjeta Oyster que me da acceso al transporte público en Londres, y esto es importante - y después de algunas discusiones - me han pedido estar en una cena de asado completo como mi primera comida.
También en la agenda están las ostras para el almuerzo en el sur de Londres en el Mercado Municipal, recorrer la orilla sur del Támesis y una taza de buen . Sin olvidar una larga caminata por el campo con el
labrador negro de mis padres Ramsay, que lleva el nombre en honor algo irónico de mi antiguo jefe, un tal Gordon. Hay un cierto placer en poder gritar las palabras: "Ramsay, ven aquí ahora mismo" - y ser obedecido.

Todo esto me hace sentir mareado de la emoción. Sin embargo, a pesar de las lágrimas de despedida inevitables al final de la semana, sé que voy a estar contento de volver nuevo al desierto. Y hay algo muy bueno de eso.

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